sábado, octubre 11, 2014

Vins del Tros, materia prima en la Terra Alta

BY El rincón del paladar IN , , , , , , No comments

Este verano decidimos dejar por unas horas las vacaciones en el Priorat y cruzamos hacia el otro lado del río Ebro, donde comprobamos que en la Terra Alta también hay vida vinícola de calidad! Un viernes por la mañana viajamos hasta el pueblo de Vilalba dels Arcs para visitar Vins del Tros

La primera vez que oímos hablar de esta bodega fue a finales del año 2012 cuando adquirimos Señora Carmen, el mejor vino tinto catalán según la Guia de Vins de Catalunya de la edición 2013. Tras él, hemos tenido la oportunidad de degustar otros vinos de Vins del Tros como el Tremenda y Lo Morenillo. La destacada calidad y personalidad de todos ellos nos generó el deseo de conocer algún día las viñas y el proyecto vitivinícola que había detrás.    


Fueron más de tres horas las que compartimos con Joan Ramon Bada, uno de los tres socios de Vins del Tros. Una persona próxima, sencilla, agradable, sincera y que conecta rápido con la gente. Empezó la visita explicando el origen de la bodega, con sus inicios como Algramar, una sociedad de varios hermanos de Barcelona que no tuvo la fortuna de sobrevivir y fue cedida a Joan Ramon y a Josep Arrufat para su conversión en lo que hoy es Vins del Tros. Al proyecto vitivinícola de nuestros dos protagonistas se ha unido hace poco un tercero, Xavier Orobitg, más enfocado a temas comerciales. Joan Ramon nos mostró las tinas de fermentación: fudres de 4500 litros para la cariñena del Tremenda y parte de la garnacha del Ay de Mí, e inox para el resto de variedades y fincas.

Con la sinceridad que le caracteriza nos indicó que los vinos blancos, por motivos logísticos se derrapaban y estrujaban en otra bodega cercana, recepcionando ya directamente el mosto que sí fermenta en sus instalaciones. Según explicó toda la levadura utilizada es natural así como la acidez del vino. Únicamente añaden sulfitos en pequeñas dosis a la entrada de la uva o mosto. Evidentemente la fermentación se controla a nivel de temperatura, contando con varias placas a modo de intercambiador frío/caliente.
La crianza es bastante heterogénea. Huyendo, como es una tónica aceptada por casi todo el sector, de largas crianzas en barrica, apuestan por depósitos de madera de mayor capacidad y ánforas. Con ello intentan preservar la fruta y mantener el carácter de la variedad, por encima de aromas terciarios muy pesados. Así, en 2013 la garnacha del Señora Carmen descansa en un bocoy de 500 litros y para 2014 se han encargado dos de 700 para su estancia durante 12 meses. Con respecto a Lo Morenillo, sin DO por problemas de índole burocrática, una parte de la crianza se realiza en barrica y la otra, en ánfora. En el caso de los nuevos vinos Brisat Àmfora y Morenillo Àmfora la crianza se lleva a cabo en ánforas de 450 litros ante una clara apuesta por la autenticidad de la variedad.

Directamente de las botas probamos el que será Señora Carmen 2013. Mucha frescura, acidez y muy directo pero tremendamente elegante. En segundo lugar degustamos una muestra del futuro Ay de Mí 2013, un vino con más “punch”, de garnacha y cariñena en el que ha prescindido de syrah y del que elaboran unas 12.000 botellas. Y por último también directamente de la bota una cariñena de viña de 45 años, que será el Tremenda 2013. Gran estructura, muy potente pero no muy tánico. Le falta equilibrarse.

Antes de abandonar la sala de barricas Joan Ramon dio muestras de su gran generosidad y nos obsequió con la mejor esencia de vino rancio que hemos degustado nunca. Se mostró brutalmente complejo, lleno de matices. Un vino auténtico que hará llorar a los amantes de los rancios y del que sólo tiene previsto embotellar la friolera de 15 – 20 botellas. ¡Una pequeña gran joya vinícola!

Sin casi dejarnos respirar fuimos hasta la vinoteca que hay enfrente de la bodega para degustar los siguientes vinos:
Te la dedico 2013. Garnacha blanca y chenin blanc. Vino blanco sin madera pero con un buen trabajo de 4 meses con sus lías. El chenin de altura le otorga una frescura que por sí sola difícilmente la garnacha conseguiría.
Cent x Cent 2013. Garnacha blanca de 85 años de la parcela “Pla de Pey”. Llena de aromas mediterráneos como el hinojo, el tomillo o laurel ha ganado en sutilidad gracias al abandono de la madera.
Brisat 2013. Blanco fermentado durante 35 días a temperatura muy baja. Durante 25 días macera con las pieles, confiriéndole un color que podía descatalogarlo en cualquier cata profesional. Sin embargo ni nariz ni boca opinan lo mismo pues es bastante complejo y ofrece matices que ni el Cent x Cent llega a alcanzar. Y eso que Joan Ramon nos aseguró que le falta tiempo de botella.
Morenillo Àmfora 2013. Tras 5 meses en las ánforas de 700 litros nos dio a probar este vino que inicialmente se mostraba muy tímido, dominado por las “notas verdes”, muy herbáceo. A posteriori derivó hacia matices más frutales, de chuchería y finos lácteos. Elaborado con la variedad de uva morenillo de la que deben quedar entre 4 y 5 hectáreas en toda la Terra Alta.
Tremenda 2012. Cariñena que macera sutilmente unos 4-5 días. Tras un inicio muy tímido, reducida, comenzó a despertar y a mostrar fruta fresca, especias, y fruta negra no compotada. Frescura. Lo esperaremos…

Tras haber degustado prácticamente todo lo posible Joan Ramon propuso visitar las viñas y no nos pudimos resistir! Pisamos el Pla de Pey, 85 años de una garnacha blanca certificada como unas de las más longevas de la Terra Alta. A continuación, nos acercamos a la finca de La Bassa, donde nos mostró la garnacha negra de 40 años que destinan al Ay de Mí, con una variabilidad de suelo que te hace pensar en la dificultad que conlleva su labranza. Allí finalizamos la visita a Vins del Tros agradeciendo sumamente a Joan Ramon su atención, dedicación y pasión por su trabajo y prometedor proyecto de la Terra Alta.

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