Unos minutos
antes de las 11h de un domingo llegamos a la bodega Costers del Siurana, popularmente
conocida como Clos de l’Obac. Salió a recibirnos Mariona Jarque, enóloga de la
bodega y esposa de Carlos Pastrana, uno de los cinco “magníficos” o padres del
renacimiento del Priorat hace 30 años. Una mujer elegante que ha vivido junto a
su marido la difícil tarea de crear y gestionar una bodega en una región y una
época poco boyante, y con una gente con mentalidad muy cerrada.
Hasta la fecha,
es la única bodega visitada que hace cada año el mismo coupage para sus vinos.
Estoy es muy interesante ya que probando varias añadas se puede percibir la
evolución del terroir, cómo ha respondido la viña en cada añada. Durísimo
trabajo tuvieron al principio en decidir el coupage que querían destinar para
el resto de los años.
Tienen dos viñas
en propiedad cuyos trabajos son, como en cualquier bodega del Priorat, son 100%
manuales. No trabajan siguiendo preceptos de agricultura biodinámica aunque
intentan aplicar los mínimos tratamientos posibles y con el máximo respeto a la
naturaleza.
Cuando haces la
visita te das cuenta del orden, meticulosidad y limpieza con el que trabajan,
además del sentido de la estética y elegancia que tienen. Cada año compran
barricas de roble francés nuevas, lo que supone un importante gasto, que son
personalizadas con una cerámica de barro hecha en Gratallops y que muestra el
nombre de cada uno de sus vinos.
El tour por la
bodega duró unos 45 minutos en los que Mariona nos enseñó fotos de las viñas
para que nos
admiráramos los maravillosos paisajes de los que nacen sus caldos.
Una pena no pasear por ellos. A continuación, pasamos a una sala acogedora,
llena de luz y muy bien decorada al estilo rústico. En ese momento, los
visitantes nos convertimos en sus invitados y fuimos tratados como tal.
Estuvimos cerca de hora y media catando, disfrutando de sus vinos y de una
agradable conversación con Mariona y en algunos momentos con Carles.
Los vinos que
catamos fueron los siguientes:
Kyrie: blanco elaborado con las
variedades garnatxa blanca, macabeu, xarel·lo y moscatel de Alejandría. Tiene
un color amarillo intenso paja y en nariz destaca el aroma a miel. Es un vino
muy sorprendente, elegante, complejo y muy intenso. Ideal para maridar con foie-gras,
pescado y sobre todo ahumados.
Miserere: tinto elaborado con las
variedades garnatxa, tempranillo, cabernet sauvignon, merlot y carinyena. Tiene
unos aromas muy sutiles y elegantes que, para ser descubiertos, debe tomarse
con calma.
Clos de l’Obac: es su tinto más identificable
con el perfil Priorat. Catamos las
añadas 2004 y 2000, esta última por deferencia de Carles. Está elaborado con
las variedades de uva garnatxa, cabernet sauvignon, syrah, merlot y carinyena.
Se trata de un gran vino, equilibrado, completo, muy elegante en boca y con un
largo postgusto. Una maravilla. La añada 2004 era más rebelde en boca. Seguro
que unos años más en botella le harán mejorar, si cabe.
Dolç de l’Obac: vino dulce elaborado con
garnatxa, cabernet sauvignon y syrah. Está considerado como uno de los tres
mejores vinos dulces del mundo. En boca es muy equilibrado, suave, elegante,
invitando una y otra vez a repetir copa.
Marida muy bien con quesos azules, foie-gras y chocolate.
Muchos pueden
pensar que es caro visitar esta bodega ya que el importe por persona son 25
euros. Visto así, fríamente, pueden tener razón. Pero si tenemos en cuenta que
se degustan todos los vinos que elaboran, de una categoría superior y de una
elegancia exquisita, es comprensible.
Marchamos de Closde l’Obac contentos por haber conocido unos vinos fantásticos y por haber disfrutado de la atmósfera que se creó en la
cata-conversación con Carles y Mariona. ¡Muchas gracias!
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