Esta Semana Santa pasada viajamos a la zona
del Empordà, en la provincia de Girona, para
conocer su precioso paisaje y sobre todo para visitar sus bodegas y
catar sus vinos que nos eran totalmente desconocidos. Fueron cuatro días
fantásticos que se nos hicieron cortos y nos dejaron con ganas de volver otra
vez. ¿Quieres saber por qué? A continuación te lo explicamos:
Día 1
Empezamos el viaje yendo a Palafrugell porque
queríamos conocer una de las tiendas más grandes y especializadas que hay de
vinos: Vins i licors Grau. Sus más de 1.200m2 de vinoteca ofrecen una amplísima
oferta de vinos de toda España y de fuera de nuestras fronteras distribuidos
por D.O y por tipo de producto. También se puede encontrar una gran variedad de
cavas, champagnes, cervezas, licores, etc. Cuenta con una vinatería donde se
pueden degustar los vinos que hay en la tienda así como salas de catas donde se
imparten cursos. Os recomendamos su visita si tenéis algún día la oportunidad.
Después continuamos hasta el pueblo de
Torrent para visitar la bodega Mas Oller, que cuenta con más de 300 años de
antigüedad y que ha sido recuperada hace unos años por Carlos Esteva,
propietario de la bodega penedesenca Can Ràfols dels Caus. La bodega cuenta con
12 hectáreas en producción y 4 más de nueva plantación con malvasía traída de
Sitges, garnacha, cabernet sauvignon y syrah. Nos recibieron dos cariñosos
perros y Martín Cuervo, responsable de la viña y la bodega con los que fuimos
caminando hasta una de las viñas y disfrutando del paisaje. Allí Martín nos
explicó de forma muy detallada el trabajo que realizan todo el año en la tierra
y las cepas. Comentó que le encantaría hacer agricultura biodinámica pero era
imposible por la humedad existente. Debido a las pocas hectáreas que cuenta la
bodega la vendimia la hacen con máquinas. No obstante, una vez que la uva llega
a la bodega usan la mesa de selección para quitarles las hojas y los granos en
mal estado. Como curiosidad, usan una embotelladora móvil que presta servicio a
las bodegas de la zona. Después de visitar las instalaciones de la bodega
fuimos hasta la “casa pairal” donde catamos los 3 vinos que tienen: Mar (vino
blanco muy cítrico y sin barrica), Pur (vino tinto joven poco astringente,
bastante afrutado) y Plus (vino tinto con 12 meses de barrica algo más
astringente). Fue una visita muy agradable y con un trato muy cercano.
Al finalizar la visita nos acercamos al
pueblo de Pals, que estaba a sólo 5 minutos en coche, para descansar, comer y
visitar su cuidado y fantástico casco antiguo medieval. ¡Una visita muy
recomendable!
Día 2
Empezamos la mañana viajando hasta Figueres
para visitar el Museo Dalí. Nos habían advertido que las colas acostumbran a
ser de varios minutos pero tuvimos suerte y entramos enseguida. ¿Vale la pena
visitarlo? Pues… diremos que sí aunque la cantidad de gente que había
visitándolo (y eso que entramos pronto) hizo que algunas salas fueran
agobiantes y no pudimos ver las obras lo bien que quisimos. Lástima que una
gran parte de las obras importantes no estaban en el museo. Vale la pena que
antes de ir te informes bien de sus cuadros porque el museo no dispone de
audioguías ni de puntos de información que te expliquen las obras. Lo que sí
hay son trabajadores del museo que te pueden acompañar y hacer la visita (desconocemos
si sería gratuito).
Por la tarde fuimos a la bodega Vinyes d’Olivardots situada en el pueblo de Capmany. Es una pequeña bodega de menos de
10 años de antigüedad que cuenta con 7 hectáreas de cariñena negra, syrah,
cabernet sauvignon, garnacha blanca, garnacha rosada y cariñena blanca. Para
llegar hasta ella tuvimos que llamar y que nos indicaran porque está en el
medio del bosque y las coordenadas del GPS que hay en la web no funcionaron. David
Pujol, joven enólogo de la bodega, nos explicó paseando por una de las viñas las
tareas totalmente manuales que hacen en ellas así como el gran interés que
tienen en experimentar y recuperar variedades autóctonas de la zona, como la
cariñena blanca. También comentó que cultivan la variedad de cariñena negra en
dos tipos de suelo: tierra y pizarra, esta última según asesoramiento de José
Luís Pérez, propietario de la bodega Mas Martinet del Priorat y amigo de los
propietarios de Vinyes d’Olivardots. No están inscritos como elaboradores de
agricultura ecológica pero apenas hacen tratamientos fitosanitarios debido a la
buena aireación de la planta, por su verticalidad, y a la “tramuntana”.
Ya en la bodega, David nos enseñó los vinos que elaboran y que tienen una tirada limitada de botellas
debido a la baja producción de las viñas. Son el blanco “Blanc de Gresa”, el
tinto “Gresa” y los vinos de colección “Varietals de terrer”. Estos últimos son
vinos monovarietales que se vinifican con las mejores uvas de cada vendimia de
añadas excepcionales. Pudimos probar unas muestras de cariñena blanca sin
ensamblar de sabor muy cítricas, que recordaban al limón, y un vino tinto que
está a punto de salir al mercado con algo menos barrica y más económico que el
tinto “Gresa”. A pesar de ser una bodega con pocos años de historia tiene unos
vinos muy interesantes que, con total seguridad, seguirán mejorando con los
años.
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